" Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y la gente caminara entre ellas como por un bosque ".
Eduardo Chillida.
La casa-museo de Chillida-Leku en Hernani es ese lugar.
Pasear por un museo al aire libre escuchando de fondo música de jazz, puede ser un momento único, peculiar y si además añadimos unas potentes esculturas de líneas rectas, geometrías de hierro oxidado, maderas y alabastros, compitiendo con la suavidad del paisaje que lo circunda, el momento puede convertirse en mágico.
El difícil equilibrio lleno-vacío, es un referente en las obras de Chillida. |