Estamos acostumbrados a encontrarnos en los medios de comunicación ciertas expresiones que damos por conocidas, pero que a veces conviene, no tanto aclarar su significado, sino delimitar y situar en su justo lugar dicha expresión. Mi intención no es otra que intentar enmarcarlo gráficamente sin demasiadas pretensiones; pero empecemos por el principio.
La expresión hay que encuadrarla dentro de los denominados niveles de cultura que alcanza toda sociedad. Estos niveles los ostentan cada uno de los grupos sociales que lo desarrollan. Esto hace que no exista un modelo único de cultura. Desde la perspectiva de la historia de la cultura esto se proyecta en la descomposición de lo cultural en diferentes estratos o segmentos, sin llegar a formar compartimentos estancos, ya que existe una continua interacción debido al dinamismo de los grupos sociales que participan de la cultura.