Una palabra, rayuela, una palabra que te transporta a otro
momento, a otro lugar, que te inicia a una nueva aventura, un camino al que descubrir
sus recovecos. “La rayuela se juega
con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato”. Cap. 36.
Una palabra, solo una, así, seca, rotunda, sin carta de presentación,
sin artículo, en minúscula, sin más valor que el de su humilde
origen trazado en tiza sobre una acera.
El centro, buscar el centro... |
La rayuela es una metáfora que se va transformando y
diversificando a lo largo de la novela:
- en el circo, el agujero en la lona.
- en el manicomio, en
la oscuridad el dibujo de tiza fosforecía débilmente ( cap. 51 ). Desde la
ventana de su cuarto en el segundo piso ( cap. 54 ), la rayuela del 8.
- la vertiginosa
rayuela ( cap. 21 ), con un texto
que se repite justo con el inicio del libro,
¿Y por qué no, por qué no había de buscar a la Maga , tantas veces…
- El recuerdo de la Maga ( cap. 56 ), al borde de la rayuela,
hablándole a Talita como si fuera la
Maga ( cap. 54 ).
- Otros: cap. 113.
De la rayuela se hace especialmente referencia en el
capítulo 36, donde hay una pequeña definición de ella…justo en el momento en
que el protagonista, Horacio Oliveira debe abandonar París. El capítulo finaliza
con una nueva palabra-puente, kibbutz,
y con ello, nos regala todo un abanico de posibilidades, de nuevas imágenes.
Rayuela está divida en tres partes:
-
Del lado de allá. Su etapa en París, el Club, la Maga , la lluvia. El jazz.
-
Del lado de acá. Regresa a Buenos Aires, a sus viejos amigos, al lenguaje porteño.
-
De otros lados ( capítulos
prescindibles ). Prescindibles?. Otro golpe maestro del autor. Vuelve el
juego.
Como en una rayuela hay que dar saltos, en el capítulo 34 el
autor nos propone dar saltos de lectura con dos textos, de modo que se leen los
párrafos pares, texto 1, y se vuelve a comenzar el capítulo, saltando al texto
2 con los párrafos impares. Un capítulo, dos textos…. El otro texto intercalado
es de una novela de Galdós ( ..le gustaba a la Maga ? ).
A partir del capítulo 57 ( De otros lados, capítulos prescindibles ), se entra en una lectura de textos inconexos,
fichas y citas que conforman el calidoscopio de una nueva narrativa, de una
nueva estructura de hacer novelas.
Volvemos al principio, ahora el cap. 73, el 1, el 2, el 116…
El autor juega con el lector, ahora cómplice de la trama con
nuevos personajes ( Oliveira sigue “buscando, persiguiendo” ), pero sin duda
hay uno que es el protagonista de esta tercera parte de la novela, Morelli, un
viejo escritor con cuyos apuntes, Cortázar aprovecha para plasmar sus
pensamientos más personales, en especial los dedicados a la literatura, la
pintura, la filosofía y la novela. Su
propia novela también es criticada.
Recomponer el relato como un mosaico que no tiene final, por
que el autor ha decidido atrapar al lector en su libro laberinto y cuando uno
decide el camino del Tablero de Dirección, ya no tienes salida, estás atrapado
en las casillas de su rayuela.
Lista de Morelli. Capítulo 60 |
Rayuela, la
contranovela.
Ante la actitud “pasiva” del lector de novelas, Cortázar
propone una tentativa, un camino para aquel lector que reclama una participación más activa, lector-cómplice, más participativo, más crítico
si cabe con el autor. Romper el hábito del lector, romper la realidad impuesta,
romper los límites de la novela, del lenguaje.
El lenguaje es el vehículo, el medio, pero en rayuela tiene
un protagonismo especial.
Hay palabras especialmente interesantes por su dificultad:
cenestesia, entropía, escritura demótica y hierática, antropofanía, nefelibatas
y conceptos: fuerzas heteróclitas, movimientos brownoideos. Juega con las
palabras: “Pureza. Horrible palabra. Puré
y después za”. “Una hebra de lana,
metros de lana, lanada, lanatalidad, lanatúrner, lannapurna…”. También hay
palabras nuevas y un nuevo lenguaje, el glíglico, inventado por la Maga. (cap. 20).
Se plantean nuevos mundos, nuevas realidades, planos
diversos y diferentes, para llegar al fondo de un largo camino: la negación de
la realidad cotidiana, y la admisión de otras posibles realidades, otras
posibles aperturas.” La realidad yace
detrás de algo (siempre es detrás ) detrás de todo eso…el Paraíso, el otro
mundo, la tierra de Hurqalya, pero ¿cómo se llega hasta allí?, ¿cómo se llega al kibbutz?, ¿cómo se alcanza el centro?.
“Los episodios son incoherentes, inaceptables desde el punto
de vista cotidiano” en palabras de Julio Cortázar. Y sólo el lector puede
recomponer, a su manera, con paciencia, la visión total, la isla final; quizás
sea este otro reto más que el lector debe emprender con esta novela-enciclopedia.
La novela 62, modelo para armar, supuso una
tentativa, una continuación. Entramos en un terreno experimental, donde la
novela consigue proyectar la sombra alargada de rayuela, a través del capítulo
62, “ En un tiempo Morelli había pensado
un libro que se quedó en notas sueltas…” pero esto ya es” harina de otro
costal”.
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