jueves, 16 de junio de 2011

Museo Chillida-Leku




Museo Chillida-Leku. Hernani. Gipúzkoa.
                                             
Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y la gente caminara entre ellas como por un bosque ". 
Eduardo Chillida.





La casa-museo de Chillida-Leku en Hernani es ese lugar.
Pasear por un museo al aire libre escuchando de fondo música de jazz, puede ser un momento único, peculiar y si además añadimos unas potentes esculturas de líneas rectas, geometrías de hierro oxidado, maderas y alabastros, compitiendo con la suavidad del paisaje que lo circunda, el momento puede convertirse en mágico.

El difícil equilibrio lleno-vacío, es un referente en las obras de Chillida.


La casa-museo de Chillada es un museo monográfico de la evolución y trayectoria de 50 años de la obra del escultor vasco Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002). Consta de tres zonas definidas:

- un espectacular jardín de 12 hectáreas con más de 40 esculturas por el cual es muy agradable pasear.
- una área de servicios dotada de un auditorio que proyecta imágenes del artista trabajando.
- un área de descanso y tienda.

La pieza central del museo, el caserío Zabalaga ( campo ancho ), alberga obras más pequeñas, de granito, terracota, yeso, madera o papel. El edificio data del s. XVI y anteriormente estaba en estado de ruina. Su interior es magnífico y sorprendente en su amplitud y su luz.  El entramado de vigas, la techumbre, el propio edificio en sí, parecen el mejor decorado que las obras de Chillida podría albergar. 









La obra.

A comienzos de los años 60 surge en el artista la necesidad de crear obras de mayor  volumen, con el propósito de integrar espacios en la propia obra (abandona la carrera de arquitectura  en 1947, para dedicarse a la escultura). Y encuentra en el hierro y su forja ese espacioso material. El hierro vibrante se dinamiza, como si cada escultura en su espacio vital, estuviera esperando al visitante. Las esculturas en espacios abiertos tienen una gran fuerza, como un imán, tiran de ti, y te acercas a su colosal altura, a medirte. Sus obras oxidadas, de suave pátina, invitan a ser tocadas. A mí, especialmente, me gusta la escultura que puedes tocar, palpar, sentir al tacto su textura "animal", esa fuerza que no sabes muy bien de donde viene.


La obra de Chillida conoce un lenguaje de respeto a los materiales, y juega con el equilibrio  entre espacio y materia y en la aproximación entre la escultura abstracta y el paisaje. Lo artificial y lo natural conviven en un entorno creado para ser soñado. Sus esculturas se comparan y compiten con los árboles, se estiran a lo largo de su línea de metal. Después, juegan, otra vez, a enredar con el aire.







En la página Web del Museo, se indica el estado actual sobre su situación: " El Museo Chillida-Leku ha solicitado la tramitación de un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal y ha acordado el cierre del museo, desde el día 1 de enero de 2011. Esta decisión ha sido motivada por la situación de déficit recurrente " (...).( bla bla bla). 


Desde su inauguración en el año 2000, el público ha respondido masivamente, porque para cualquier amante de la cultura, el sueño de Chillida es un referente, una seña de identidad del pueblo vasco y un hito ineludible de la escultura internacional.


Sería conveniente que se reabriera y pasara a titularidad pública, porque Chillida, su obra y su entorno, deben ser un espacio a cuidar y proteger, para que todos podamos disfrutar, tal y como su autor nos lo quiso legar. Pasear en un entorno natural y único, limpio y cuidado, poder tocar sus obras, palpar las piedras y dejarse llevar por los sentidos, no tiene precio.

NOTA: Como una extensión más del festival de Jazz de San Sebastián, ese día fue amenizado por este trío, del que realicé un pequeñísimo vídeo testimonial, apenas unos segundos (Kenny Barron Trío, 2005).






Para los amantes del jazz, aquel año de 2005, fue excepcional:
Junto al mencionado trío Kenny Barron (contrabajo Ray Drummond, batería Ben Riley), el día anterior 24 de julio fue la actuación de Keith Jarret (piano), Gary Peacock (contrabajo), y Jack De Johnette (batería). Keith Jarret recogía el premio Donostiako Jazzaldia. 
Set List:
- Somewhere, la melodía de West Side Story
- algo cercano al Bolero de Ravel. Tensíón al máximo. 
- You Belong To Me.
- When I Fall in Love
Con el mismo piano, el día 23, tuvo la actuación en el Kursaal,  de Antony and de Johnsons ( I am A Bird Now en su integridad. Le acompañaban:
Julia Kent (cello), Maxin Moston (violín), Jeff Langston (bajo), Rob Moose (guitarra), y Uri Sharlin (acordeón).


(Fotos: JCM. Canon Ixus 50)


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